Por lo general, los profesionales que trabajan para empresas o clientes con domicilio fiscal en España aplican una retención del 15%, aunque los nuevos autónomos pueden aplicar un 7% durante los tres primeros años de actividad.
6. Deducciones fiscales
Uno de los mayores beneficios del sistema fiscal español es la posibilidad de deducir gastos relacionados con la actividad profesional. Algunos ejemplos incluyen:
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Alquiler del local u oficina.
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Gastos de suministros (agua, electricidad, internet).
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Material informático y de oficina.
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Vehículos utilizados para el trabajo.
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Formación profesional y cursos.
Sin embargo, Hacienda exige que todos los gastos estén justificados y vinculados directamente a la actividad.
7. Declaraciones informativas y obligaciones adicionales
Además de los modelos principales, los autónomos deben presentar ciertas declaraciones informativas, como el modelo 347, donde se comunican las operaciones con terceros que superan los 3.005 euros anuales.
En algunos casos, también se requiere el modelo 349 si se realizan operaciones dentro de la Unión Europea.
8. Consejos para una buena gestión fiscal
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Mantener un registro actualizado de ingresos y gastos.
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Conservar las facturas y justificantes durante al menos cuatro años.
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Usar herramientas digitales o un gestor especializado para evitar errores.
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Revisar cada trimestre los modelos antes de enviarlos, ya que los errores pueden generar sanciones.
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Informarse sobre las novedades fiscales, ya que la normativa española cambia con frecuencia.
9. Conclusión
Ser autónomo en España implica cumplir con varias obligaciones fiscales, pero también ofrece la oportunidad de gestionar tu propio camino profesional. Entender el funcionamiento del IRPF, el IVA, las cuotas de Seguridad Social y las deducciones te permitirá trabajar con mayor tranquilidad y optimizar tus recursos.
Una buena planificación fiscal no solo evita problemas con Hacienda, sino que también mejora la rentabilidad del negocio y facilita su crecimiento a largo plazo.