Impuestos para autónomos en España: lo que necesitas saber

por Alejandro Morales Ruiz

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Ser autónomo en España ofrece libertad y flexibilidad, pero también implica una serie de responsabilidades fiscales que deben cumplirse con precisión. Conocer los impuestos, plazos y obligaciones es esencial para evitar sanciones y mantener la estabilidad del negocio. A continuación, exploraremos los principales tributos que afectan a los trabajadores por cuenta propia en España y las claves para gestionarlos correctamente.

1. El alta como autónomo

Antes de comenzar a trabajar por cuenta propia, es necesario registrarse en dos organismos: la Agencia Tributaria (Hacienda) y la Seguridad Social.
En Hacienda, el profesional debe presentar el modelo 036 o 037, donde se especifica la actividad económica, el régimen fiscal y el lugar de trabajo. En la Seguridad Social, el alta se realiza en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).

Además, es importante elegir correctamente el epígrafe del IAE (Impuesto de Actividades Económicas), ya que define la naturaleza del negocio y determina algunas obligaciones fiscales.

2. Cuota mensual a la Seguridad Social

Todo autónomo debe abonar una cuota mensual a la Seguridad Social, que da derecho a prestaciones como baja médica, jubilación o maternidad.
Desde 2023, la cuota se calcula en función de los ingresos reales del trabajador, con un sistema progresivo. Las tarifas pueden variar desde unos 230 euros al mes para los que ganan menos de 670 euros, hasta más de 500 euros para quienes superan los 6.000 euros de ingresos mensuales.

Existen bonificaciones, como la tarifa plana, que permite a los nuevos autónomos pagar una cuota reducida durante los primeros meses de actividad.

3. Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)

El IRPF es uno de los impuestos más importantes para los autónomos. Grava los beneficios obtenidos, es decir, los ingresos menos los gastos deducibles.
Existen dos formas de declarar el IRPF:

  • Estimación directa (normal o simplificada), donde se declaran los ingresos y gastos reales.

  • Estimación objetiva (módulos), aplicable solo a ciertos sectores, como el comercio o la hostelería.

Los autónomos deben presentar pagos trimestrales mediante el modelo 130 (estimación directa) o modelo 131 (módulos). Al final del año, estos pagos se regularizan en la declaración anual de la renta.

4. Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)

El IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) es otro tributo clave. Los autónomos lo cobran a sus clientes y lo ingresan posteriormente a Hacienda, descontando el IVA que hayan pagado en sus gastos profesionales.
Cada tres meses se presenta el modelo 303, donde se declara el IVA repercutido y soportado. Además, en enero se debe entregar el modelo 390, un resumen anual de todas las operaciones del año.

Es fundamental llevar una contabilidad clara y ordenada, con facturas y justificantes que acrediten cada ingreso y gasto.

5. Retenciones y facturación

Las facturas de los autónomos deben incluir los datos fiscales del emisor y del cliente, el tipo de IVA aplicable y, en muchos casos, una retención de IRPF.

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